Pienso que lo que sentimos que parece que no pueden dejar de sentirse, eso que llamamos defectos que parecen nunca desaparecer, esos estados negativos que parecen volver frecuentemente, esa percepción de que estamos divididos interiormente, todo esto y más es parte del diseño de la experiencia de ser humano en esta dimensión de la realidad que entendemos como dualidad. Es solo una apariencia, una percepción, un diseño que por ahora estamos experimentando.
Cuando la pregunta surge... ¿Qué habrá más allá del diseño? Aparece la sospecha de una consciencia de unidad, la reminiscencia de un estado de integridad, una sensación del amor incondicional... de Ser infinito y eterno...
Y me emociona pensar que tal vez lo que sospecho no solo es una sospecha, y lo que recuerdo no es solo un recuerdo, y lo que siento es en realidad una profunda certeza. Entonces desaparece la necesidad de comprenderlo todo, y solo queda expresarse con todos los matices, con todos los sabores, con todos los contrastes, con todas las frecuencias... infinita y eternamente.